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domingo, 29 de marzo de 2015

JUEGOS NOCTURNOS EN LA AZOTEA - Relato Erotico Gay


Tenía entonces unos 19 años. Eran altas horas de la madrugada cuando regresaba aquel día a casa. Había estado de fiesta con unos amigos y mi borrachera era considerable. Durante la fiesta había tratado de ligar con un chico guapísimo que había por ahí, pero al final mi intentó fue un auténtico desastre, así que me quedé con la frustración del fracaso y con un buen calentón.

Mientras esperaba el ascensor, ya en el portal de mi casa, se me ocurrió una de esas cosas que probablemente uno descartaría de inmediato en un estado normal de sobriedad, pero que estando como estaba en ese momento me pareció sumamente excitante. Vivo en un edificio bastante alto, que tiene en la parte superior una gran azotea con vistas espectaculares. Esa es una zona comunitaria, a la que todos los vecinos tienen acceso. En alguna ocasión, sobre todo en noches de mucho calor,  había ido hasta allí para disfrutar del aire que a esa altura corre, y casi siempre me ha tentado la idea de, en medio de la oscuridad, el silencio y la soledad que ahí reina, desnudarme completamente y hacerme una buena paja. Pero nunca me había atrevido… hasta esa noche.

Tras dudar unos segundos, la excitación que mi cuerpo había acumulado a lo largo de la noche se impuso a todo reparo que mi mente pudiera alegar y, ya en el ascensor, mi determinación fue total. Lo que siempre me había detenido había sido la posibilidad de que alguien me pillara, pero en ese momento eso me importaba bien poco. Así pues, después de entrar sigilosamente en mi casa, tratando de no despertar a mis padres, y agarrar la llave de la azotea, me dirigí hacia allí por las escaleras, casi corriendo.

Pensar que a esas horas de la noche alguien tuviera algún motivo para estar en la azotea se me antojaba absurdo, pero aún así, al percatarme de que la puerta estaba cerrada con llave me quedé más tranquilo. Soplaba un aire delicioso, en el cielo brillaban algunas estrellas y la oscuridad inundaba el amplio espacio. Me acerqué hasta la barandilla más próxima, observando durante unos segundos las imponentes vistas. Mi mano no tardó en bajar hasta mi entrepierna, donde mi polla, ya morcillona, empezaba a empujar el bóxer que la cubría. Comencé a sobar mi polla lentamente por encima del pantalón hasta estar completamente empalmado. En ese momento desabroché mi pantalón, que de inmediato cayó al suelo y me quité la camiseta que llevaba puesta.

Me sentía cada vez más excitado. Estando sólo en calzoncillos, me dirigí a una de las esquinas de la gran azotea, donde sopla más fuerte el fresco aire y hay mejores vistas, y me quité también el boxer. Tras ensalivar bien mi polla, comencé a masturbarme con ganas, mientras en mi mente, hombres bellísimos me follaban bien duro, y mientras mi otra mano acariciaba todo mi cuerpo. No tardó esta última en llegar hasta mi culo y empezar a acariciar mi ano con un dedo, que poco a poco fui introduciendo. Me sentía realmente bien, el placer llenaba mi cuerpo y notaba que en breve iba a llegar al clímax.

En ese momento, sin embargo, algo me sobresaltó. Del otro lado de la azotea, en la barandilla que había justo frente a la puerta, escuché un ruido raro. Inmediatamente dejé de moverme y me di la vuelta. Lo único que podía ver, en medio de la gran oscuridad del lugar, era la parte superior de una silueta, recortada contra la brillante oscuridad del cielo, tratando infructuosamente de encender un mechero. Me quedé paralizado. El miedo invadió mi cuerpo. Estaba completamente desnudo y mi ropa desparramada por el suelo. No había forma de disimular ni esconderme si me descubrían. Sólo podía imaginar la gran vergüenza que pasaría y cómo se lo explicaría a mis padres. En mi absoluta quietud pensé que tal vez no se daría cuenta de mi presencia. Pero al darse la vuelta para irse por la puerta, mi propia silueta quedó evidentemente a la vista del otro.

-Ah… ¡hola! buenas noches. Disculpa, no me había dado cuenta de que había alguien más aquí… –me dijo, notándose en su voz la sorpresa.

-Sí, yo tampoco… -fue lo único que logré decir. Mi mente sólo pensaba en que debía lograr mantener la distancia, puesto que así, era imposible que viera mi desnudez, y esperar a que se fuera.

-¿No tendrás por casualidad un mechero, no? Es que he venido a fumar y el mío no funciona. -el miedo me embargó de nuevo al entender que se estaba acercando hacia mí.

-No! –dije precipitadamente y muy nervioso, pensando la manera de evitar su avance.

-¿Quién eres, por cierto? Es que no se ve nada. Soy el del 3º B, ¿y tú? -y mientras decía todo esto, avanzó directamente hacia mí.

Parecía inevitable que me descubriera y no sabía qué responder. Cuando estaba apenas a unos metros de mí, sin embargo, vi como se paró en seco y se agachó. Por un momento me alegré, aunque no entendía qué sucedía.

- ¿Qué es esto? –dijo al levantarse, mientras sostenía en su mano mis calzoncillos. No se me ocurría qué decir, ni qué hacer, así que permanecí en silencio y completamente quieto.

Continuó avanzando hacia mí, ahora más lentamente, imagino que con su mirada fija en mí, tratando de averiguar qué sucedía. Yo no tardé en darme cuenta de quién era: uno de los vecinos del edificio, un tipo realmente guapo, de veintipocos, alto, rubio, con cuerpo muy atlético y muy simpático. Pero lógicamente, con la proximidad no fui el único que se dio cuenta de las cosas. Al contemplarme ahí parado, completamente desnudo, con la mano derecha sobre mi pene empalmado y la otra con un dedo en mi ano se quedó parado otra vez. Yo no tenía ni idea de cómo podría reaccionar.

-Menuda fiestecita tienes montada, criatura, jejeje… -dijo de repente, visiblemente divertido.

-Oye, mira, lo siento… no es lo que parece… no sé qué me ha pasado… ya me iba… no se lo digas a nadie, por favor… es que… -la vergüenza bloqueaba aún más mi mente. No era capaz de articular una frase coherente.

-Tranquilo, hombre, pajearse es un buen hobbie, jeje… Aunque tampoco está mal que de vez en cuando alguien te eche una manita… -dijo al tiempo que, para mi gran sorpresa, puso su mano fuerte y fría sobre mi abdomen, haciendo estremecer todo mi cuerpo -Se te ve muy bien… eres un chico realmente guapo. Me encantaría ayudarte un poquito… si tú quieres -y justo en ese momento, acercó su cara a la mía y me dio un magnífico beso. Noté su lengua llegar hasta el fondo de mi boca, mientras su mano agarraba con fuerza mi polla y empezaba a pajearme.

Después de darme un segundo beso, se arrodilló lentamente y se puso mi polla en la boca. Me la chupó muy suavemente, pasando su lengua por todas partes, hasta hacerme sentir que no aguantaría más. Él se dio cuenta, puesto que mis gemidos eran, en ese punto, incontrolables.

-No te corras todavía. Esto no ha hecho más que empezar –y dicho esto se levantó, puso sobre mi cabeza su fuerte mano y me empujó hacia abajo. Quedé de inmediato de rodillas sobre el frío suelo, con mi cara frente a su abultado paquete. Le desabroché el cinturón apresuradamente y le bajé de un tirón pantalón y calzoncillos, dejando al descubierto una polla realmente grande, de unos 22 cm, muy gruesa y ligeramente decantada hacia la derecha. No me pude contener e inmediatamente me la puse en la boca. Tras lubricársela un poco, volvió a poner su mano en mi cabeza y, con fuerza, comenzó a follarme la boca. Con cada embestida llegaba hasta mi garganta, de modo que al principio me producía arcadas, pero me encantó esa sensación de dominación que su brazo me imponía. Estuvo un buen rato así, estirando las comisuras de mis labios y llenando mi boca de su sabrosa carne.

-Ahora me gustaría follarme ese culito… -me dijo, y dio en ese momento la última embestida de su polla en mi boca.

-Sí, por favor, fóllame… -le dije, en cuanto mi boca quedó vacía -Quiero sentir esa polla en mi interior –y realmente mi mente no podía pensar en otra cosa.

Me hizo levantar del suelo, volvió a besarme con mucha dulzura y me dio la vuelta. Quedé de nuevo de cara al cielo y las calles de mi barrio. Noté sus dedos, bien lubricados de saliva, jugar con mi ano un ratito, mientras me daba un condón para que yo se lo pusiera. Volví a chupársela y lentamente comencé a ponérselo, mientras seguía comiendo su enorme polla. Él volvió a mi culo, primero con su lengua para humedecerlo, mientras seguía acariciándolo y jugando con sus dedos. Y enseguida comenzó a meter su polla, entrando y saliendo suavemente. Luego hizo inclinar mi espalda sobre la barandilla y la metió con mucho cuidado, primero el glande un par de veces para, a continuación, dar una fuerte embestida que me hizo sentir que me había partido en dos. Di un fuerte alarido, pero antes de que el dolor de esa primera enculada desapareciera del todo, volvió a cargar con fuerza, llegando con ésta al fondo de mi culo. El dolor era increíble, jamás me había dolido tanto. Estuve a punto de pedirle que parara, pero en ese momento comenzó a mover circularmente su polla en mi interior, rozando todo el fondo de mi ano, y eso me produjo un gran placer.

No tardó en dar inicio a la follada. Primero, muy lentamente, la sacaba a medias de mi culo y me la volvía a meter hasta el fondo, provocando una exquisita mezcla de dolor y placer. Luego pasó a sacármela prácticamente entera y a embestir con fuerza, mientras en mi cara soplaba el fresco aire de la noche.

-Me encantan los culitos estrechos como el tuyo… -me susurró al oído y besó luego mi espalda y mi cuello.

Poco a poco el ritmo se fue incrementando, al igual que el placer que sentía en el interior de mi cuerpo y mis gemidos se hacían más y más intensos. Mientras me follaba así, agarró con su mano mi polla para masturbarme suavemente.

De repente, tras un rato, paró y me sacó de golpe la polla, dejándome una sensación de vacío que jamás había experimentado antes y, agarrándome por los brazos, me tumbó en el suelo. El frio de las baldosas en mi espalda me hizo estremecer mientras él se ponía encima de mí y, tras besarme con pasión, recomenzó a follarme con fuerza desde una nueva posición. Puse mis piernas alrededor de su cadera para que me embistiera con más brío y aumentara mi gozo.

Tras un rato así no pude aguantarme más y eyaculé con fuerza, sin tan siquiera tocarme, cayendo la cálida leche sobre mi pecho. Al notar que me había corrido, dejó de follarme, me besó tiernamente y se levantó. Estando yo tirado en el suelo me agarró y me hizo poner de rodillas. De nuevo me encontraba frente a esa magnífica polla. Le saqué el condón y como al principio me la volví a poner en la boca, mi cabeza quedó entre su fuerte mano y su mástil, no pudiendo hacer otra cosa que tragar y tragar polla hasta el fondo. Noté como sus gemidos fueron intensificándose a medida que aumentaba el ritmo de las entradas y salidas hasta que, al final, su semen bien caliente inundó mi boca y cayó sobre mi pecho. Tras correrse, pude aún disfrutar un rato de su polla en mi boca mientras la dejaba bien limpia e iba quedando cada vez más flácida.

-Me ha encantado. Nunca me la habían comido tan bien –tras lo cual volvimos a besarnos muy tiernamente. Luego bajó su cara hasta mi pecho y lamió con su lengua los restos de semen que habían caído encima de mí.

Después de todo esto, me vestí mientras me miraba con dulzura y nos fuimos cada uno a nuestra casa.

-Espero que nos volvamos a ver –me dijo, sonriendo, al despedirnos.

-Y yo también lo espero. Hasta pronto –y así me despedí… por esa noche…“

Espero que les guste y lo comenten.

Relato enviado por Javi.

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domingo, 22 de febrero de 2015

ANOCHE EN EL PARQUE BATLLE - Relato Erotico Gay



Como todos sabrán el Parque Batlle es un lugar bastante bueno para levantes.

Anoche salí a correr, como lo hago siempre que puedo, dos o tres veces a la semana. Después de un rato me senté a descansar, cuando veo que para un taxi, se baja un loco de treinta y algo y deja el taxi allí por Av. Italia.

Yo lo miré como para comérmelo; por lo general bajan ahí para mear y seguir, pero este no era el caso. Se quedó esperando y mirando la nada.
Decidí acercarme y le dije
: - en que andás?
:- acá en la vuelta, soy nuevo en el taxi y la verdad me embola tantas horas sentado, y vos?
:- salí a correr, y bueno si se da algo más, mejor,
:- algo más?
:- si algo mas, algo de diversión, acá siempre se da algo si uno quiere,
:- yo he venido varias veces y jamás,
:- esperá que oscurezca un poquito más y vas a ver,
:- no tengo mucho tiempo.

Le miré el bulto y lo tenía al mango debajo del deportivo blanco que tenía puesto, estaba muy bien de aspecto en general y el bulto se veía rebueno. Entonces y sin dejar de mirarle fijamente el bulto, le dije
:- pero estás bastante caliente... si querés puedo bajar eso,
:- en serio?
:- si obvio te la mamo súper bien y sabes cómo baja... 
:- y  donde?
:- si me llevas a la vuelta de acá, más cerca de aquellos arboles lo hacemos.
:- y...  bueh dale, dijo.

Nos subimos al taxi y allí fuimos. Mientras íbamos metí mi mano debajo del deportivo y se la empecé a tocar, estaba cada vez más grande y húmeda, se sentía riquísima.
:- que bien que la tocás, ya estoy súper caliente.

Dimos la vuelta, paramos por atrás del Monumento a la Carreta y nos bajamos. Fuimos cerca de unos arboles, él se bajó el deportivo hasta las rodillas, yo me hinqué y comencé a mamársela.
:- Despacio que quiero disfrutarla me dijo, yo asentí sin sacarme su hermosa verga de la boca y gozando de esa rica mamada. Luego de un rato así, me paré y me bajé la calza deportiva y le mostré la cola mientras seguía mamando.
El puso su mano en mi nalga y luego llevó un dedo hacia mi agujerito depilado. Se puso como loco.
:- Está mojado, dijo.
:- Si, de correr. 
:- Más rico aun me dijo.

Entonces me tomó las nalgas entre sus dos manos, se agachó y comenzó una chupada de culo increíble.
:- Déjame ponértela está riquísimo eso.
Yo súper caliente le digo
:- si la calentás un poco mas te la doy. El me sonrió.
:- ok, sigo un ratito mas dijo.

Estuvo un rato más, después me levantó y parado detrás mío empezó a rozármela. El estaba re-al palo y yo sintiendo aquella verga apretada a mi, caliente, frotándose, rozándome, posándose por momentos entre mis nalgas, ya no aguantaba mas las ganas de sentirla toda adentro. 

:- Que ricooo! dijo, 
:- si tenés un forro me clavas bien.
:- Pah, los tengo en la valija del auto...

Y bueno, allá fuimos ambos de pija parada. Entonces se me ocurre decirle
:- y si abrís la parte de atrás, yo entro, me pongo en cuatro y me la metés?
:- Guau, buena idea dale.
Yo me puse en cuatro en la parte trasera con la puerta abierta y él re caliente volvió a chupar mi culo en esa posición.
Después de un rato de esa deliciosa chupada de orto que me hizo, se puso de pie, se puso el forro y comenzó a clavarme primero muy suave y luego más y mas fuerte...

La tenía tan dura y estaba tan excitado que me daba y daba y no se acababa. Entonces le dije
:- si querés me das toda esa leche en la boca.
:- Dale, je esto esta súper bueno y más con esta noche... 
:- Damela toda... 

Y se la empecé a mamar, le lamí los huevos y parte de la entrepierna. Seguí así hasta que de repente saltó un chorro de leche super caliente en mi cara, no me dio ni tiempo para saborearla, pero estaba muy caliente y yo también, así que me limpié y listo. Después lo convencí de que me hiciera acabar, chupándome el culo mientras yo me masturbaba.
Así lo hizo, me chupaba y me metía un dedo junto con su lengua; tuve una acabada caliente y abundante.

Después charlamos un rato, luego me llevó hasta casa. Le pagué el viaje ya que era nuevo y no podía apagar los sensores, ahora nos encontramos siempre que podemos, allí en el hermoso parque...


De Alvaro (amigo de Facebook).


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domingo, 25 de enero de 2015

ALBAÑILES Y SERENOS DE MI NUEVO BARRIO - Relato Erotico Gay (con fotos)


Soy un chico de 22 años y me considero bisexual, ya que aunque tengo novia y mantengo relaciones sexuales frecuentemente con mujeres, de vez en cuando no puedo resistir la tentación de mamar una buena pija.

No tengo candidatos fijos, cada vez que veo a alguien con uniforme, ya sea militar, de policía, guardia de seguridad incluso conductores, o de alguna profesión como mecánico o albañil y si es delgado y alto, no puedo evitar dirigir la mirada hacia su bulto. 

Esto fue lo que me ocurrió con Miguel, pero empezaré la historia desde el principio.

Hace menos de un mes me mudé a mi nueva casa, que está en una urbanización a las afueras de mi ciudad. He sido uno de los primeros en mudarme a ese barrio, casi todas las casas están en construcción, y de las terminadas son pocas las habitadas. Por lo demás la urbanización ya tiene todos los servicios, como luz en las calles, etc. Al no vivir nadie nos pidieron un suplemento para contratar guardias de seguridad, pero como yo no me había mudado y pagaba el otro alquiler, decidí mudarme inmediatamente.

Durante este tiempo vivía solo. Llegaba a casa hacia las siete, y solía ver al guardia de seguridad, pero como éste no se bajaba del coche, no me alegraba mucho la polla que se diga. Un viernes cuando llego aun están los albañiles trabajando, y hasta que llego a mi casa, no puedo evitar mirar a tres o cuatro. 

Uno que me llama mucho la atención es un albañil del último chalet de la urbanización. Está en un extremo en la entrada norte que está sola y no hay otras casas a menos de 200 ms. Trabajaba con otros cuatro, pero barrigones y bajitos. Cuando lo vi detuve un poco el coche, y cuando levantó la vista, aceleré para llegar a casa cuanto antes y hacerme una paja. Era alto y muy moreno, llevaba unas bermudas hasta por debajo de la rodilla y una camiseta de tirantes blanca. A pesar de que las bermudas son anchas, a la altura del paquete se nota que le falta un poco de espacio. Así transcurrieron las primeras semanas.

Uno de los últimos días de abril, decidí sacar mi perro a pasear y me fui hasta la entrada norte paseando. Casi era de noche pero hacía muy buena temperatura, y las pequeños focos alumbraban bien. Tenía cierta esperanza en ver a una parejita a la que pillé cogiendo en el coche hacía dos semanas por esa misma zona. 

Llegué hasta la puerta. Se había hecho de noche, pero todavía hacía cierto calor. No había visto a la parejita, una lastima pues estaba bastante caliente. Me volví y tras andar un rato, el perro se metió dentro del chalet aislado. Yo me empecé a cagar en el perro y en mi novia por habérmelo regalado. Entré, no se veía nada. 
Entré en lo que parecía el salón, de vez en cuando me golpeaba los pies con sacos de cemento o yeso. De repente escuché una voz:

- Tú, qué haces aquí…
Giré la cabeza hacia la voz y vi como se acercaba hacia mi alguien con un cigarro en la boca.
- Te he dicho que qué haces aquí, o me contestas o te mato a palos…
Yo le dije que había entrado por mi perro que se había metido en la casa. Su tono de voz se notó mas tranquilo en la respuesta:

- Ah, creo que está en el sótano, pero no podemos bajar porque no hay escalera, así que tendrás que volver mañana por él. Se puso junto a la ventana, y con la luz vi que era el albañil que me traía loco. Para relajar un poco mas me hice el tonto y le pregunté que hacía en esa casa. Me contestó que trabajaba allí, que le pagaban para cuidarla por la noche, porque no le importaba dormir ahí. Me preguntó si tenía prisa, yo como no tenía que hacer nada, le dije que no. Me preguntó entonces si no me importaba hacerle compañía, puesto que llevaba 3 semanas así, y por las noches se aburría. Me contó que una vez vino su novia y se la folló en el coche, pero que un tío les vio y les cortó el rollo. Yo me confesé autor de tal crimen, y entonces él me dijo:
- Pues deberás pagarlo de algún modo.

Yo me reí un poco pensándolo. Entonces me llevó a lo que era su dormitorio. Estaba en el garaje, tenía un colchón de matrimonio, que se veía algo mugriento, junto con una radio y una nevera de camping. También tenía una caja con revistas, pero como no había luz, dudo mucho que leyera algo. Sacó entonces un vaso de plástico de litro y una botella de whisky y nos pusimos a beber y hablar de todo un poco. Se hizo un porro y me ofreció fumar, cosa que acepté, porque esos regalos no se desprecian. 

Cuando ya habíamos bebido un par de vasos de litro entramos en materia. Le pregunté cómo aguantaba sin hacer nada todas estas tardes. Me dijo que su novia le hizo un par de visitas, y se la follaba, como el día que les vi. Perollevaba ya dos semanas sin venir. Sacó unas revistas de la caja y me dijo que las miraba, hasta que se le rompió la linterna anteanoche. Yo las vi al contraluz de la luna y vi que eran pornos salvajes, incluso tenían escenas bisexuales de hombre contra hombre, más una mujer.

- También a mí se me pone dura como un mástil…

Cuando me dijo eso me miré y vi como sin darme cuenta tenía la polla dura. Hice un par de comentarios como de chiste y me dijo:

- No te cortes, a mí me pasa lo mismo, me hago una paja y punto.

Yo solté la revista, pero seguía sin bajarme la polla, entonces él sin mediar palabra me metió la mano en la bragueta y comenzó a hacerme una paja. Yo sentado en el colchón suspiraba sin decir nada. Aguanté poco tiempo y me corrí en sus manos. Él sin decir nada se limpió en mis pantalones. Yo estaba sorprendido era la primera vez que me hacía una paja otro hombre, y la verdad me había gustado. Él entonces me dijo:

- Bueno, te hago una paja hoy, y la otra semana hacemos una follada con mi novia. Creo que me debes algo.
Yo le dije rápidamente: te la puedo chupar y en paz, al tiempo que ponía la mano sobre su paquete. Él me dijo que sí, pero nos debíamos desnudar los dos. Así lo hicimos. 

Cuando lo vi desnudo casi me muero de vergüenza. Tenía la polla de unos 17 cm, flácida y el cuerpo estaba sin una sola gota de grasa. No tenía mucho músculo pero se le notaban todos. Yo me tiré hacia su polla. El sabor salado mezclado con el orín me pone a cien. Le chupaba la polla, los huevos incluso el culo, él suspiraba fuertemente y emitía unos gemidos graves que me recordaban a un toro. Me cogió la cabeza con las manos y utilizó mi boca como si fuera un coño. Yo estaba a punto de explotar de nuevo.

Le chupaba su vientre duro y sus piernas para que durase más. Y vaya si duraba. Tenía la pija como un mástil, y sin señales de fatiga. Pero al fin tras 20 minutos de mamada comenzó a moverse y me decía que siguiese chupando mientras se corría. Yo obedecí y como recompensa obtuve una de las mayores corridas que había tenido el chico desde hacía años. Cuando terminó me puse a su lado. Entonces él se puso encima mío y comenzó a mover su verga junto a la mía. Se le volvió a poner dura. Yo le vi la intención cuando se bajó la mano para colocar la polla en mi culo.        
  
Yo le dije que no me gustaba que me diesen por el culo, y que lo más que le haría seria dejar que se corra entre mis piernas. 

No lo pensó y comenzó a empujar con la cadera hasta el punto que parecía que estaba cogiendo con una mujer. 

Pegó un alarido y se volvió a correr. Se tumbó a mi lado y me dijo que volviera mañana cuando quisiese por el perro, por la mañana o por la noche. Yo me levanté me vestí y me fui.

Al día siguiente me fui a primera hora por el perro. 

Él me vio y me lo llevó hasta la puerta. Me lo dio y me dijo que volviera por allí cualquier noche. 

Cosa que hice reiteradas veces…

Relato enviado por Carlos.



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sábado, 29 de noviembre de 2014

EXCITANTE ESCAPADA - Relato Erotico Gay


Comparto este relato que me enviaron (desde España) para que publicara:

"Después de mi primera experiencia sexual, no tardé mucho tiempo en volver a repetirlo,  tres días después. Me había gustado tanto mi primera vez que no podía dejar de pensar en ello, por lo que en cuanto tuve ocasión volví a planear una escapada a los estacionamientos de la Expo.

Al igual que en la anterior ocasión, decidí acudir por la mañana, en esta ocasión sobre las 10:00, antes de que el sol apretara y el calor fuese insoportable. Tras una delicada sesión de higiene, tomé la bicicleta y me fui rumbo a los estacionamientos, no sin antes echar mano de un preservativo.

Nada más llegar, tomé por la calzada principal y avancé con decisión dispuesto a encontrar a un nuevo varón que saciase mis necesidades. Mientras avanzaba contemplé que había muy pocos coches, menos que en la anterior ocasión, y seguí avanzando esperando que el panorama mejorase en unos metros. Esto no ocurrió y en cinco minutos recorrí casi todo el estacionamiento sin que me hubiese cruzado con ningún coche. Cuando estaba dispuesto a dar la vuelta divisé un coche a lo lejos, así que decidí seguir adelante para cruzarme con él.

Cuando el coche estaba a unos doscientos metros decidí parar para ver que hacía el conductor, deseando que parase a mi altura. Se trataba de un Seat Ibiza rojo, nuevo y con los cristales espejados. Cuando estaba a  escasos metros noté como el vehículo comenzó a frenar y pude ver que en su interior había dos ocupantes, cosa que me puso bastante nervioso. Al llegar a mi altura frenó y se abrió la ventanilla del conductor, comprobando con sorpresa que no eran dos sino tres los ocupantes del vehículo.

Se trataba de tres jóvenes de unos 20 años, bastante guapos los tres, y fue el conductor quien inició la conversación preguntándome qué hacía por allí. Tras unos segundos de indecisión le contesté que estaba dando una vuelta, pues tenía dudas de lo que iban buscando, pero éstas se disiparon cuando él me preguntó claramente si quería sexo. Al oír aquella pregunta tan contundente dejé escapar una sonrisa, de la cual se deducía una respuesta afirmativa.

Al igual que la vez anterior, nos adentramos en los estacionamientos, que en este tramo no estaban asfaltados, y paramos en una zona con arbustos y pequeños árboles que nos proporcionaban algo de sombra. Estacionaron el coche de manera que nos proporcionara algo de intimidad, aunque aquella zona estaba completamente desierta, y los tres jóvenes bajaron del vehículo.

Observé a los tres muchachos durante unos segundos, paralizado aún por el nerviosismo, temeroso por lo que acontecería. Eran más altos que yo, rondando el metro ochenta, y los tres vestían con camiseta y bermudas, algo bastante común en aquella época del año en Sevilla. Uno de ellos abrió el maletero y sacó una gran toalla que extendió en el suelo, pidiéndome que me acercase para comenzar con el juego.

Por la naturalidad con la que se desenvolvían me quedó claro que no era la primera vez que visitaban aquella zona. No parecían homosexuales, por lo que supuse que frecuentaban aquel lugar en busca de sexo fácil, pues al fin y al cabo un agujero es un agujero. No sería yo precisamente quien impidiera que los jóvenes disfrutaran de buen sexo, pues estaba dispuesto a darlo todo y dejarlos bien contentos.

Me acerqué lentamente y para romper el hielo les pregunté el nombre. El conductor se llamaba Alberto, el copiloto José y por último se presentó Leo. Tras darme sus nombres les dije el mío, y sin más dilaciones José llevó una de sus manos a mi culo. Yo permanecí rígido, todavía bastante nervioso, pero poco a poco comencé a excitarme, especialmente cuando metió su mano por debajo de mi slip y comenzó a hurgar por la raja de mi culo hasta dar con mi ano.

Sus amigos permanecieron quietos durante unos segundos, dejando que José tomara la iniciativa, pero finalmente decidieron pasar a la acción. Alberto me quitó la camiseta y se lanzó a besar mi cuello, para a continuación besarme en la boca. En un principio traté de rechazar el beso, pero finalmente me dejé llevar por la situación y nos besamos durante varios segundos. Era la primera vez que besaba a un hombre y la verdad es que no me desagradó en absoluto.

Mientras besaba acaloradamente a Alberto, José bajó mi slip, dejando al descubierto mi pene a media erección, que terminó de endurecerse al quedar completamente desnudo ante los tres atractivos jóvenes. Fue entonces cuando José se arrodilló ante mi trasero y separó mis nalgas para ver mi agujero con detalle, para a continuación humedecerse un dedo e introducírmelo. Consiguió introducirlo hasta el fondo de mi recto, provocándome un enorme placer, tanto que tuve que parar de besar a Alberto para acomodarme, pues estaba tan excitado que perdí el equilibrio.

Me arrodillé en la toalla e incliné mi cuerpo hacia delante para dejar mi culo en pompa, para que de esta manera José pudiera seguir dilatando mi esfínter. Una vez arrodillado decidí pasar a la acción y agarrando a Alberto por el pantalón hice que se acercara para chuparle la polla. Cuando tuve su paquete ante mi rostro no tardé ni un segundo en desabrochar el pantalón y descubrir el jugoso miembro, el cual gozaba de un tamaño bastante aceptable.

Fue en ese instante cuando me percaté de que únicamente llevaba un preservativo, y que si quería seguir adelante con aquello debería hacerlo a pelo, cosa que me dejó bastante preocupado. Durante varios segundos quedé pensativo, pero a aquellas alturas ya no podía dar marcha atrás, siendo tanta mi excitación que preferí correr ese riesgo.

Agarré con suavidad la dura polla y sin más la llevé a mi boca, donde pude sentir un desconocido sabor que me supo a gloria. Era la primera vez que chupaba una polla sin preservativo. En esta ocasión pude disfrutar de los fluidos que emanaban del rico miembro, lo cual resultaba bastante más excitante que el sabor a fresa del preservativo.

Mientras mamaba el duro pene de Alberto, José seguía trabajando mi culo, penetrándolo con sus húmedos dedos, haciendo que mi excitación fuera aumentando, llegando a ser máxima cuando llevó su lengua a mi agujero y lo lamió durante unos segundos. Tuve incluso que parar de chupar durante unos segundos para poder tomar aire, mientras suplicaba a gritos que no parase de chuparme el culo.

Estaba tan entregado a José y Alberto que me había olvidado de la presencia de Leo, que permanecía apoyado en el coche, observándonos atentamente. Reclamé su atención para que se acercara, y dibujando una sonrisa en su rostro se acercó rápidamente. Le pedí que se bajara los pantalones, deseoso de poder chupar dos pollas a la vez, cosa que tanto me excitaba cuando lo veía en las películas.

Tímidamente desabrochó sus pantalones, y mientras terminaba de bajar sus calzoncillos eché mano al flácido pene para masturbarlo. Sin dejar tiempo a que se parara por completo lo llevé a mi boca, donde terminó de empalmarse mientras lo chupaba enérgicamente, alcanzando un tamaño similar que el de su amigo.

Me entusiasmé tanto con la nueva polla que Alberto tuvo que llamar mi atención para que no me olvidara de la suya. Comencé entonces a alternar entre ambas, chupando una y masturbando la otra, procurando ser lo más justo posible con los dos jóvenes.

Permanecí mamando los dos falos hasta que José paró de chupar mi culo. Pensé entonces que era el momento de que me follaran, y sin esperar un segundo se lo propuse a los jóvenes, que rápidamente discutieron por ser el primero. Tras varios segundos de disputa decidieron que fuese Leo el primero, para lo cual volví a llevarme su pene a mi boca para dejarlo bien lubricado.

Me coloqué a cuatro patas, dejando mi trasero bien accesible, y permanecí inmóvil a la espera de recibir su vigorosa polla en mi culo. Leo acercó su glande a mi orificio y empujando suavemente consiguió introducirlo con mínima dificultad. Siguió empujando y lentamente consiguió meterla hasta el fondo. Yo mientras tanto no podía parar de gemir, enormemente excitado de recibir aquel falo en mi culo.

En tan solo unos segundos mi ano quedó completamente dilatado y permitió que Leo me follara con suma facilidad, taladrando mi culo con gran velocidad y maestría. Para colmo de mi excitación José se bajó los pantalones y pude comprobar que tenía un enorme pollón, de los que únicamente se veían en películas. Nada más verlo acerqué mi mano derecha para agarrarlo y tras masturbarlo durante unos segundos lo llevé a mi boca, intentando tragar la máxima longitud posible, que no fueron más que unos centímetros. A los pocos segundos tuve que parar para tomar aire, pues era tanta mi excitación que casi me ahogo con la descomunal verga en mi boca.

Leo continuó follando mi culo durante unos minutos, durante los cuales seguí chupando las pollas de Alberto y José, dedicando especial atención a la enorme verga de este último.

Pasados unos minutos Leo comenzó a acelerar el ritmo y comenzó a follarme con enorme intensidad, sintiendo que estaba a punto de correrse. Sus amigos se percataron de ello y en tono burlesco le advirtieron que no se corriera dentro de mi culo, pues todavía tenían que follarme ellos. Aunque no me hubiese importado que me llenara con su esperma yo también le pedí que no se corriera todavía, pretendiendo que siguiera follándome durante más tiempo.

A pesar de mi petición Leo no aguantó más y sacó su ardiente verga de mi culo para acabar corriéndose sobre mi espalda. Los cálidos chorros de esperma se fueron depositando sobre mi torso mientras sus amigos festejaban la hazaña, riéndose a carcajadas al verme con la espalda cubierta de semen. Aquello me hizo sentir un poco humillado, como si fuera una putita, lo cual aumentó aún más si cabe mi excitación. Sin darme tiempo a respirar Leo me acercó su pene para que lamiera los restos de semen. Con algo de reticencia procedí a chuparlo, descubriendo un sabor que me sorprendió gratamente, por lo que permanecí varios segundos chupando el delicioso miembro, hasta que Leo me lo retiró para alejarse hacia el coche, completamente extenuado.

Llegó entonces el turno de Alberto, que rápidamente se colocó tras de mí para acercar su miembro a mi agujerito, donde la metió por completo sin ninguna dificultad, haciéndome sentir un enorme espasmo de placer, los cuales se fueron sucediendo uno tras otro mientras mantuvo su verga clavada hasta el fondo de mi culo. Me folló con tal soltura que casi me hace desmayar, y aunque José me acercó su miembro para que lo chupara decliné la invitación, pues estaba completamente entregado al placer que recibía a través de mi trasero.

Por desgracia para mí, aquello no duró lo que hubiese deseado, y en pocos minutos Alberto paró para correrse. Nada más sacármela me incorporé rápidamente y arrodillándome ante mí amante le pedí que se corriera en mi cara, lo cual no tardó en ocurrir, y en pocos segundos comenzaron a brotar potentes chorros de esperma que fueron a parar a mi rostro. Los jóvenes observaron la escena atónitos, y en esta ocasión no hubo gritos, aparentemente sorprendidos al ver que había pedido yo que se corrieran en mi cara, algo tan asqueroso y humillante para algunos, pero que para mí suponía una enorme excitación.

Permanecí de rodillas con la cara completamente cubierta de semen, contemplando a mis nuevos amigos, esperando a que José me follara. Tras vacilar unos segundos éste se acercó y sujetándome bruscamente por la cintura me hizo colocar nuevamente en cuatro patas, quedando mi culo en pompa a la espera de recibir la enorme verga del último de los jóvenes, del que esperaba una placentera enculada.

Noté como el glande se posaba sobre mi rosado orificio, donde consiguió introducirse en cuanto relajé mi esfínter. José prosiguió empujando hasta conseguir meter su pene por completo, con algo de dificultad debido a su enorme tamaño. Cuando por fin lo consiguió le pedí que esperara unos segundos antes de follarme, dando tiempo para que mi ano se dilatara un poco más, pues notaba un ligero dolor con aquel enorme falo dentro de mi culo.

Pasados unos segundos José comenzó a follarme suavemente, pero a los pocos segundos mi esfínter fue cediendo y la penetración se hizo cada vez más fácil, convirtiéndose el dolor en placer. Tanto dio de sí mi agujero que al poco tiempo José me estaba follando con gran velocidad, tanta que a los pocos segundos llegó su orgasmo.

José no quiso ser menos que su amigo y tras sacar su miembro de mi culo se acercó a mi cara para correrse, mientras yo me arrodillaba para quedar a la altura de sus genitales. Tras unos segundos masturbándose ante mi rostro eyaculó violentamente, y aunque gran parte del semen fue a parar al suelo, sobre mi cara cayeron dos contundentes lechazos, dejando uno de mis ojos completamente empapado. Fue el mismo José quien con sus dedos retiró el esperma de mi ojo, para después llevarlos a mi boca. Acto seguido me lancé a chupar por última vez la deliciosa polla, disfrutando de los últimos restos de semen que en ella quedaban.

José se retiró junto a sus amigos, apartando su verga de mi boca bruscamente. Quedé bastante frustrado, pues esperaba bastante más de José. No solo había aguantado poco tiempo, sino que encima se marchaba groseramente, dejándome con las ganas de disfrutar un rato más de su enorme pene.

Me levanté intentando disimular mi malestar, con la cara aún llena del viscoso esperma. Alberto se acercó y tendiéndome un paquete de pañuelos para limpiarme me pidió el número de teléfono, que accedí a dárselo encantado.

Tras apuntar el teléfono no despedimos fríamente, deseoso de que me llamaran algún día para volver a repetir tan maravillosa experiencia. Los jóvenes montaron en el coche y partieron rápidamente, dejándome completamente sólo en aquel paraje. Tras limpiarme tomé la bicicleta y partí de regreso a casa bajo el intenso calor que asolaba a aquellas horas, cansado, pero completamente satisfecho."


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domingo, 14 de septiembre de 2014

MI PRIMO CUMPLIÓ MI DESEO - Relato Erotico Gay (con fotos)




Esto me pasó hace 2 años, estaba con mi primo de 21 y yo de 18 acostados después de salir a bailar.

Yo siempre le miraba cuando se sacaba la ropa, pero nunca me animé a decir ni insinuar nada.

Dormíamos en una cama grande en ropa interior todos los fines de semana.

Ese día yo estaba muy excitado y quería tocársela de alguna manera... yo había tenido relaciones antes pero nadie lo sabía.

Esa madrugada no aguanté más y le rosé con la mano, me dí cuenta de que la tenía dura. Yo me hice el dormido y puse mi mano arriba de su pija. 

Él se dio cuenta de que yo me hacía el dormido y me dijo 'tocámela y hacéme una paja', a lo que yo lo hice muy contento, se la toqué, la tenía tan dura y tan linda que no aguanté más y bajé a chupársela. 

Le dije que si no quería que me penetrara, a lo que él respondió que sí, pero solamente él, que yo hiciera de su mujer, así que me puse en cuatro y me la metió despacito hasta entrar toda.

Me cogió 10 minutos aproximadamente hasta que sentí todo calentito dentro de mí y me acabó todo.

Desde ese día cogemos de ves en cuando porque ambos tenemos novia, pero nos damos un ratito para darnos un gustito.


Enviado por Juanma de Buenos Aires.


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domingo, 31 de agosto de 2014

MI PRIMERA VEZ - Relato Erotico Gay (con fotos)



Mi primera vez fue en un club deportivo,
precisamente en el vestuario.


Yo me estaba duchando y entró un hombre de unos 30 años, el fue a bañarse en otra ducha. 

Me terminé de bañar y me fui al vestuario a secarme y vestirme. Él seguía bañándose, cuando de pronto comienza a sonar su celular. Salió rápido de la ducha y vino envuelto en un toalla, a mirar el teléfono.

Estaba con el celular cuando el toallón se le cayó... yo me agaché para recogerlo y se lo alcancé y él sin decir absolutamente nada, me tocó la cola y me dijo:
- "que hermoso culo tenes nene".

Yo lo miré sin saber qued ecirle y él me dice:
- "dale un besito a mi pene".

No lo pensé y le di un beso en la cabeza de su pija. Cuando quise acordar tenía su verga en la boca y se la estaba mamando... 

Se la chupé por un rato y después me dice:
- "queres hacer un 69 así te beso y te chupo la cola?

Yo acepté. Entones, él se acostó en el piso y yo me puse arriba. Empezó a chuparme la cola de una forma que me hizo calentar y gemir de lo lindo.

Fue tanta la excitación que me acabé, cuando le dije que estaba por acabarme, él se la metió en su boca y me comenzó a tomar la leche.

Después me dijo:
- "me encanta esa colita, quiero que me la des"

Sacó de entre su ropa que estaba sobre el banco un condón, se lo puso y se sentó en el banco.

Dijo:
- "quiero que me cabalgues mirándome de frente".

Así lo hice, me senté sobre él y comenzó a besarme en la boca mientras me cogía bien fuerte y y me masturbaba. 

Luego de unos 45 minutos así, me dijo:
-"te voy acabar!!!"

Y sus gemidos, sus movimientos y a pesar del condón sentía en mi culo como salían los chorros de su semen caliente.

Sentir esa verga y aquel líquido caliente en mi culo, me hizo excitar mas, él se dio cuenta y me masturbó mas fuerte y me hizo acabar otra vez.

Después de acabarme en la cola me dijo que se la chupara de nuevo. Se la mamé otra vez y me llenó toda la cara de leche. Me dijo:
- "quiero acabar de nuevo, pero en tu boca mi amor".

Y se la volví a chupar y no pasaron 15 minutos que acabó de nuevo toda la boca y eran chorros y chorros de leche esa leche era tan rica y tenía un gusto tan inolvidable que la recuerdo hasta hoy. 

Después de eso me dijo que vayamos a ducharnos de nuevo pero en el mismo box y así lo hicimos. Creo que nunca fui consciente de lo que estaba haciendo y especialmente del lugar en el que estábamos; que alguien podía entrar, por suerte se ve que había poca o nada de gente...

Ya era tarde y se ofreció a llevarme a mi casa yo tenia solo 17 años... Él tenia un cuerpo atlético muy buenos brazos y el abdomen bien marcado y una pija como de 21 cms, era un divino!!! 

Después de eso nos vimos un par de veces mas, pero él se fue a Estados Unidos y nunca mas lo vi.

Ahora, 4 años después desearía volver a verlo, me volvía loco, era muy lindo y muy dulce. 

Mathías espero me recuerdes de la misma manera y si llegas a leer este relato me contactes, sigo viviendo en el mismo lugar y tengo el mismo celu...

Espero les haya gustado.



 Enviado por Seguidor del Blog.


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Dias para Encuentros en Cines XXX de Montevideo!

Dias para Encuentros en Cines XXX de Montevideo!

En los últimos tres años Uruguay ha liderado el índice de inclusión social.

QUE ES EL GCU?

El GCU - Gay Club Uruguay nació el 2 de marzo de 2001 en MSN Grupos.

Luego nos cambiaron a MSN Adult Groups, después a WorldGroups, hasta que nos enviaron aviso de la futura desaparición de esos Grupos y desde entonces hemos probado suerte en los Grupos de Yahoo, Google, Hi5 y algún otro sitio.

Con estos cambios de sitios, también nuetro nombre iba variando. Fuimos GCU, Gay Uruguay Latino, GeCeU, GeCeUnos y alguno mas...

Desde entonces y por ahora estamos aquí en Blogspot.

GCU - Gay Club Uruguay es un Blog Gay progresista de Uruguay.

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Este no es un Blog "COMERCIAL" ni "PROFESIONAL", las imágenes (fotos, videos, etc.) que aparecen en este blog son de contenido sexual explícito por lo cual son aptas solo para mayores de edad.

Todas las fotos son de libre exposición tomadas de Internet o enviadas por los miembros; basta un comentario o correo electrónico para borrar el material indicado.

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MATRIMONIO IGUALITARIO EN URUGUAY

El 10 de abril de 2013, Uruguay se convertía en un país más justo, se aprobaba la histórica ley de matrimonio igualitario.

Así fue el festejo en las barras tras la aprobación del matrimonio igualitario en Uruguay


La Artista trans uruguaya Abigaíl Pereira homenajea a víctimas de Orlando!

Día internacional del Orgullo LGBTI en Montevideo - Uruguay

Etienne Cardiles, pareja del policía asesinado en París emociona a Francia con su homenaje.

Marcha de la Diversidad 2017 - Montevideo / Uruguay

Leonard Cohen - "Boggie Street". Subtitulado en español.

EL 24 DE AGOSTO EN URUGUAY CELEBRAMOS LA NOCHE DE LA NOSTALGIA!!!

La Gran TINA TURNER - Simply The Best

Ricky Martin: Tu Recuerdo con Chambao (En vivo) - Recital en Puerto Rico


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