que es su boda y todo es un caos. El servicio de catering no ha llegado, las
mesas no están preparadas, no hay nada pronto. Aitor Bravo, el padrino,
está allí para calmarlo y decide abrir una buena botella de vino, que es lo
único que ha llegado. Pero ambos chocan y el vino se vuelca sobre Hector,
su camisa blanca y su traje de boda quedan arruinados...