Hace un año que Martín Rodríguez decidió salir del clóset y se convirtió en el único periodista deportivo que ha hecho pública su homosexualidad en Uruguay, una decisión sin precedentes en un país donde el fútbol es una religión y territorio de las expresiones más machistas de la masculinidad.
A los 6 años supo que quería ser narrador de fútbol y en la adolescencia que era gay.
MONTEVIDEO, Uruguay.- El camarero de una céntrica cafetería de Montevideo lo reconoce enseguida y tarda segundos en servirle su café cortado: Martín Rodríguez es un periodista deportivo conocido en Uruguay, relator de fútbol en una popular televisión por cable, además de cronista en varios medios audiovisuales y de prensa escrita.
Desde hace un año, Martín es también el único locutor de fútbol o periodista deportivo que ha hecho pública su homosexualidad en Uruguay, decisión sin precedentes en un país donde el fútbol es religión y territorio de las expresiones más machistas de la masculinidad.
“ Lo primero que yo sé desde muy chico (6 o 7 años) es que quiero relatar fútbol. Yo me enamoro de la radio cuando mi padre ponía los partidos por fines de semana de tarde. Fue vocacional”, explica el periodista de 32 años.
Durante a adolescencia supo que era gay y pasados los 20 años empezó el camino para salir de la doble vida y afirmarse en su identidad sexual. Hablar con allegados, colegas de trabajo y un extenso artículo en la prensa local cerraron todo un proceso.
Hoy en día, la carrera de Martín Rodríguez va viento en popa y lo único relevante es la discreción con la cual el medio futbolístico ha metabolizado su homosexualidad.
"En el periodismo deportivo me respetan pero no me preguntan", afirma Martín Rodríguez.
“En el periodismo deportivo me respetan pero no me preguntan. Lo cual, si uno juega de ingenuo puede verse como un rasgo positivo en tanto respeta la privacidad del otro, pero si somos un poco más suspicaces me parece que tiene que ver con que, en un medio tan conservador como el periodismo deportivo, todavía hay mucha dificultad de ir hacia ese lugar. Porque es obvio que yo no soy el único gay vinculado al ámbito del fútbol pero en medio de una cultura machista, homofóbica en algunos casos, la homosexualidad es algo que hay que tapar”, afirma Martín.
Así, como un tabú viviente del fútbol uruguayo, el periodista circula por los estadios y los estudios de televisión, conviviendo en un ambiente donde una de las palabras más comunes y frecuentes es “puto”. El insulto se repite tanto durante los partidos que muchos aficionados uruguayos consideran que no llega al grado de ofensa sino de sana tradición deportiva.
“Cuando lo analizo me molesta, pero evidentemente, me gana la decisión tomada desde la niñez de que yo quiero trabajar ahí. Entonces no me van a sacar la vocación a mí, de ninguna manera. Me va bien y soy bueno en lo que hago. Por supuesto que tengo mecanismos de defensa porque de lo contrario me tendría que ir llorando de cada partido de fútbol”, explica.
A veces, las mayores revoluciones son así de silenciosas. Actualmente en Uruguay no hay registro de ningún otro periodista deportivo, jugador, entrenador o árbitro que se declare homosexual. Ese tabú se extiende a la política o el mundo de la empresa, dejando solo la cultura como espacio abierto a la diversidad sexual.
En el fútbol, para encontrar algún precedente, hay que remontarse a hace 30 años, cuando un jugador del Club Nacional de Fútbol, uno de los grandes de la liga uruguaya, Wilson Olivier, hizo pública su preferencia sexual. Oliver tuvo que abandonar el deporte por el entorno homofóbico de la época, consigna un trabajo del sicólogo Diego Gervasini publicado en Uruguay en 2016.
Como narrador de uno de los deportes más fascinantes del mundo, Martín Rodríguez tiene el desafío del léxico. Todo está en cómo escoger las palabras y cambiar el relato para que evolucionen las mentalidades.
“En Uruguay hay dos grandes escuelas de relato futbolístico. La gente de mi generación se inclina más por la de Victor Hugo Morales, que en general siempre se caracterizó por darle al relato unas características técnicas muy pulidas, y también cierto cuidado en los términos y expresiones. Seguramente mil veces se le han escapado (las expresiones homófobas) porque el fútbol está plagado de frases que tienen ese dejo que a veces uno las dice hasta sin darse cuenta”, dice Rodríguez.
Víctor Hugo Morales, famoso por su relato del gol de Maradona en el Argentina-Inglaterra de 1986, con la Guerra de las Malvinas todavía fresca en el recuerdo, de alguna manera destronó al otro gran rey de la locución del Río de la Plata: Carlos Solé.
“La otra escuela es la de Solé, otro enorme relator que también en su momento fue considerado de los mejores de habla hispana. Fue el que lideró del año 40 al 70 cuando surgió Víctor Hugo. Era un tipo que tenía un buen nivel intelectual y un uso de la metáfora, no es que fuera un ordinario. Pero alternaba su vozarrón con lagunas características propias de su tiempo… de este machismo y de cierta aspereza al momento de decir ciertas cosas. En general los relatores uruguayos más escuchados de los últimos 30 o 40 años son de su escuela porque la gente se acostumbró a escuchar el fútbol con esa cadencia”.
El joven locutor reconoce que a él también se le escapan las expresiones machistas: “Es muy común en Uruguay cuando un equipo le mete un gol a otro decir “lo clavó”, o “lo vacunó”. Y eso vuelve siempre al falocentrismo”.
A la luz de los escasos predecentes mundiales donde la convivencia de fútbol y homosexualidad se haya desarrollado sin incidentes, se puede decir que la historia de Martín Rodríguez es de esas de éxito y final feliz. Pero el periodista insiste, sólo una política firme de la FIFA y una apuesta educativa clara en todos los países de la región terminarán con el mayor tabú del fútbol.
Fuente: UNIVISION NOTICIAS (AMÉRICA LATINA)
Por: Magdalena Martínez
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