Este relato me lo contó Ernesto,
un conocido pasado de tragos en un fiesta.
Me dijo que fue hace como 4 años, el tenía 24 y estaba muy seguro de ser heterosexual. Tenía novia y todo en ese momento, pero hacía días que venían peleando bastante. Una noche fue bastante brava la discusión que el decidió salir de la casa en la cual vivían juntos con su pareja.
Salió en su auto y fue a un parque a esconderse, porque no le gustaba que nadie lo viera llorar por si lo hacía. Luego de estar como 15 minutos en el lugar encerrado en su sufrimiento, vio que justo enfrente, entre las sombras de una galerías de árboles del lugar, había una persona que miraba hacia él.
Luego de que se percató de que había alguien allí, comenzó a ver si lograba percibir un rostro, por fin lo pudo hacer cuando este prendió un encendedor para iniciar un cigarrillo. Y este se levantó rápidamente y comenzó a acercarse.
Era un hombre alto que debía tener mas o menos su edad. Su cuerpo era bastante corpulento, de persona que realiza deportes. Llegó hasta donde él estaba, y le preguntó que le pasaba, que porque estaba tan triste desde hacía rato.
Me comentó que cuando ese hombre, así de grande, comenzó a acercarse y le preguntara que le sucedía, estando en parque publico y de noche lo asustó un poco.
Dice que este extraño vio que el estaba un poco incomodo y le dijo que no estuviera asustado que no era de esas personas que hacían mal. El extraño comenzó a contarle que estaba allí porque acaba de pelear con su marido y que solía venir allí a estar solo, cuando estaba mal.
Confesión que lo descolocó porque no se veía para nada homosexual aquella persona. Pero por su voz era posible darse cuenta.
Dice que luego de un largo rato de charla y comenzar a conocerse y dialogar de sus problemas, él bajó del auto, quedaron junto a un tronco y empezaron a tratarse con mas confianza.
Dice que el extraño que resultó llamarse Julio, en determinado momento comenzó a acercarse cada vez mas hasta rozarse. Cosa que a Ernesto le incomodaba un poco. Ernesto dice que logró ver algo que le llamó mucho la atención, Julio se encontraba muy excitado y el bulto en su pantalón era algo muy... muy grande.
Cuando Ernesto intentó apartarse, Julio colocó su gran palma sobre su parte interior de la pierna que alcanzó a rozarle un testículo. Dice que se miraron a los ojos y Ernesto experimentó algo rarísimo, su pene se erectó con tal fuerza que recuerda que hasta le alcanzó a doler.
Ernesto tomó la mano de Julio y la metió dentro de su pantalón y este comenzó a masturbarlo. Julio se inclinó y sin más comenzó a chupársela con gran fuerza, esto hizo que Ernesto por un momento se olvidara de todo... hasta de que su pareja estaba en casa.
Ernesto le dijo que parara y lo empujó. Julio le dijo que por que lo había cortado si le estaba gustando. Ernesto le dijo que no podía porque tenía pareja y que solo habían peleado. Se levantó y se dirigió al auto. Dio un par de vueltas y se quedó un rato allí sentado. Se dio cuenta de que lo que le había sucedido le había gustado. Empezó a girar en el lugar con el auto hasta que vio a Julio y le dijo que subiera.
No sabía a donde dirigirse y dice que lo primero se le ocurrió fue su casa y que para su suerte la moto de su novia no estaba. Apenas entrando en la casa comenzaron a desnudarse y a dejar la ropa por todas partes. Antes de
entrar a la habitación le sacó a Julio el slip y dice que era muy dotado, que su verga debía ser mínimo unos 22 cm., encima estaba ya toda lubricada, no se pudo resistir a meterla en su boca. Dice que por más que intentó meterla entera no pudo porque se atoraba mucho. Luego de recorrer lo máximo que podía aquel inmenso pene cabezón, con las venas muy saltadas, con su boca, se tumbaron en la cama, a besarse desenfrenadamente.
Hasta que Julio preguntó quien iba a penetrar primero al otro, a lo que Ernesto contestó, que el tenía la herramienta mas grande y que quería sentirla en acción.
Julio le pidió unos condones y sin siquiera aprontarlo antes lo penetró con todas su fuerzas, cosa que dice que hasta hoy recuerda aquel dolor y que nunca había sentido nada tan lindo en su vida. Recuerda que fueron como 15 minutos que sintió perfectamente como las venas de aquella verga se rozaban una y otra vez contra su ano para entrar y salir. Era tal el placer que ni siquiera intentó cambiar de posición.
Pero Julio insistió en ponerlo en cuatro en la cama, cosa que aceptó. Julio comenzó a frotar y masajear su espalda cosa que incrementó mas aun el placer, hasta que Julio le dijo que se venía y Ernesto le pidió que lo hiciera en su abdomen. Dice que se impresionó mucho de la cantidad de semen que había quedado en su abdomen.
El pensó que todo había terminado, hasta que Julio tomó su verga que aun no había acabado y le dijo poniéndole un condón enseñame que sabes hacer.
Ernesto dice que lo hizo apoyarse en sus brazos estirados hacia adelante y sus piernas algo dobladas sobre el suelo y lo empezó a penetrar bastante duro y afirmándose muy fuertemente en región lumbar, que Julio comenzó a pedir que fuera más fuerte y más fuerte aún. Y que le diera palmadas fuertes que lo hiciera sufrir por ser maricón. Ernesto dice que era muy dura y agresiva la cosa pero Julio seguía pidiéndole que más aún, algo que le sorprendió, pero a lo que accedió con placer.
Julio le pidió que le acabara en la boca, Ernesto no se hizo esperar y nuevamente se sorprendió por la cantidad de semen que había largado. Me comentó que terminaron el acto besándose y frotándose, con el semen que cada uno tenía de el otro. Que luego se fueron a bañar y lo hicieron de vuelta de forma tántrica y que fue algo igualmente increíble.
Dice que al otro día su mujer vino a buscar sus cosas y se fue diciendo que ella merecía algo mejor (sin enterarse de lo que la noche anterior en su ausencia, Ernesto había hecho). Con Julio se vieron un par de veces más y dejaron de hacerlo por respeto a la pareja de Julio.
Luego de contarme todo esto, yo quedé mas que caliente y le pregunté que tal era él en los orales y me dijo si quería probar... salió del salón y yo lo seguí, nos fuimos por un rato de la fiesta y me práctico el mejor oral que he recibido en mi vida.
Relato enviado por Merpilus.
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