De acuerdo a
un estudio, la homofobia sería más frecuente entre los hombres que
reprimen sus propias atracciones por el mismo sexo y
que crecieron en un hogar autoritario.
Recientemente,
más de 90 países en todo el mundo se han sumando a las actividades
anuales del Día Internacional contra la Homofobia y
la Transfobia (IDAHO, por sus siglas en inglés). Se trata, sin
dudas, de una iniciativa de suma importancia para nuestra comunidad, en
tanto establece en los calendarios oficiales una fecha
emblemática, para concientizar a todas las personas acerca de la
necesidad de desterrar el miedo, la hostilidad y la discriminación
relacionados con las identidades y sexualidades
diferentes.
Pero a
estas alturas, cuando muchos Estados están adecuando sus legislaciones
para una mejor integración de nuestra comunidad, también
cabe preguntarse de dónde carajo surge ese odio extremo hacia gays,
lesbianas o trans que todavía hoy experimentan muchas personas, en
cualquier lugar del mundo, y que no pocas veces deriva en
agresiones fatales.
En el
tema de los odios irracionales, suele pensarse que su origen radica en
diferencias irreconciliables entre el agresor y la
víctima. Estas diferencias suelen ser inexplicables, en tanto son
manifestadas por reacciones más viscerales que razonadas. Sin embargo,
un reciente estudio postula la hipótesis de que, en
realidad, el agresor homofóbico no es muy diferente de la víctima
gay, en tanto la homofobia sería más frecuente entre los hombres que
reprimen sus propias atracciones por el mismo sexo. Lo cual
vendría a confirmar un viejo supuesto popular: “los homofóbicos son
gays reprimidos”.
El
estudio en cuestión, que fue publicado a principios del pasado mes de
abril por la revista Journal of Personality and Social
Psychology, fue desarrollado por investigadores de la Universidad
de Rochester y la Universidad de California, en Estados Unidos, y la
Universidad de Essex, en Inglaterra.
El
estudio analiza también el rol de los padres en la asimilación de la
orientación sexual. Las conclusiones indican que los hombres
que tienen padres más tolerantes están más cerca de su orientación
sexual real, mientras que aquellos que provienen de hogares autoritarios
manifiestan mayor conflicto entre sus deseos auténticos
y la orientación sexual que más tarde expresan socialmente.
Los
experimentos se desarrollaron tanto en Estados Unidos como en Alemania,
monitoreando las reacciones de 160 estudiantes
universitarios varones. A través de imágenes subliminales se
estableció el tiempo de respuesta de los sujetos para averiguar su
orientación sexual. Luego, esta información se cruzó con unos
cuestionarios en los que se medía la homofobia del sujeto y la de
sus progenitores.
Estos
resultados proporcionan nueva evidencia empírica que apoya la teoría
psicoanalítica de que el miedo, la ansiedad, y la aversión
que algunos hombres aparentemente heterosexuales desarrollan hacia
gays, lesbianas y trans pueden surgir de sus propios deseos reprimidos
por el mismo sexo.
De SentidoG.com / Buenos Aires
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