Adopción gay: Uruguay a la vanguardia en América Latina!
La
Cámara de Diputados aprobó la Ley de Adopción por 40 votos a favor
contra 13. Una Ley que desde su presentación fue muy discutida no sólo
en el parlamento sino
en todos los ámbitos de la sociedad uruguaya: es que pocas veces un
proyecto toca tan de cerca los tan cuestionados y raramente bien
definidos “valores” o “principios”.
Con
varios artículos que modifican y buscan acelerar los trámites de
adopción, la mayor polémica se centró en que por primera vez, esta ley
permite que parejas
homosexuales tengan el derecho de adoptar.
Desde
que la ley se presentó en el parlamento uruguayo, las posiciones fueron
infinitas, pero no todas tuvieron el fundamento adecuado. Como suele
decirse, en
Uruguay hay “3 millones de expertos” y todos y cada uno de los
uruguayos quisieron opinar y plantear su posición al respecto, más allá
de que ésta esté o no fundada. Fue aquí donde la Iglesia
católica -separada del Estado uruguayo en el año 1917) intervino con
fuertes declaraciones, de la mano de Moseñor Nicolás Cotugno, reconocido
por su dichos claramente homofóbicos y de
discriminación.
“El
tema de la adopción de niños por parte de uniones homosexuales no es un
tema de religión, de filosofía o de sociología. Es algo que refiere
esencialmente al
respeto de la naturaleza humana”, expresó Cotugno al enterarse de
que en el país en el que reside, las parejas homosexuales podrán adoptar
hijos. Lo cierto es que la naturaleza humana es una
sola, la misma, la única, naturaleza en la que convive la
homosexualidad con la heterosexualidad. Nada referente a lo homosexual
ha sido considerado como “antinatural” y quienes pretenden
demostrar lo contrario, no hacen más que quedarse en respuestas sin
fundamentos.
Claro
está que la postura de la Iglesia Católica pretende responder a la Santa
Biblia, sin detenerse en notar que según la misma, para Dios, el amor
es uno sólo, y
expresa amar al prójimo como a uno mismo. Pero cada cual tendrá sus
propias conclusiones acerca de un tema que sin dudas revoluciona a la
sociedad entera, porque saca puerta afuera una realidad
que ya existe y reconoce un derecho fundamental que toda persona
debe tener: el derecho a ser padres.
Quedan
en el tintero muchas preguntas y debates sinfín. Un ejemplo claro de
cuestionamientos que suelen venir a la mente, es si la sociedad estará
preparada o no
para enfrentar esta nueva realidad. Pero no hay nada más cierto que si no se tira la primera piedra, siempre quedará la duda y no se avanzará jamás.
La
realidad ya es otra, hay niños que comparten su vida con dos papás o dos
mamás, y a partir de ahora estos papás serán reconocidos ante la ley.
Podrán gozar de
sus derechos y comenzar a salir del closet con mayor firmeza, con un
respaldo para nada menor, con una señal de apoyo que su país les está
dando hacia una igualdad plena.
No cabe
ponerse a discutir que “si un niño se cría entra dos padres o dos
madres, será homosexual”, teoría tan vacía que en sí misma, está
afirmando que la
homosexualidad no existe -si todos nos criamos con “un papá y una
mamá” entonces seremos heterosexuales-.
Son
sólo 22 los países en el mundo que reconocen la adopción homosexual,
siendo Uruguay el único país de América Latina en hacerlo.
Un país claramente progresista que sigue dando pasos en pro de una igualdad social cada vez mayor, ejemplo en el mundo entero.
por Luminor Solemn
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